Trabajadores de SIAM denuncian duras condiciones laborales

Si a inicios de los 90’ la población mayor de 65 años representaba un poco más del 6% de la población total del país; en la actualidad, según las estimaciones oficiales, esta proporción es el doble, llegando a situarse entre el 12 y el 13%. Se espera además que en el transcurso de las siguientes dos décadas esta proporción se empine al 21% de la población.

El crecimiento de este segmento poblacional impacta en diversos aspectos de la sociedad y políticas públicas: servicios de salud, pensiones, etc. Sin embargo, uno de los aspectos menos conocidos son las condiciones laborales que enfrentan a diario los trabajadores del sector de cuidados de adultos mayores.

En este contexto, se acercaron a Revista Confrontaciones (RC) los trabajadores de la empresa Servicios Integrales Adulto Mayor Ltda. (77.866.020-2), SIAM, para dar a conocer las duras condiciones de trabajo en las que se desempeñan.

SIAM es una empresa perteneciente a la Corporación Chileno Alemana de Beneficencia, cabeza del holding articulado en torno a la Clínica Alemana.

RC conversó con Jessica Muñoz, presidenta del Sindicato N° 1 de SIAM. Jessica, 48 años, 4 hijos, es asistente de adultos mayores que lleva 8 años en estas labores. Ella entrega de primera fuente la realidad que una parte de estos trabajadores enfrentan.

El holding opera bajo la conocida figura en los grandes grupos nacionales, especialmente en aquellos sectores recubiertos de cierto halo “social” (educación, salud) y –cómo no– de beneficios tributarios, del multi rut, de modo que, si bien los trabajadores contractualmente establecen la relación laboral con SIAM, para efectos prácticos, desempeñan sus actividades en las dependencias de Santiago pertenecientes a Hogares Alemanes S.A. (99.509.560-2).

Según informa en su sitio web, el Hogar Alemán Vitacura es un centro de larga estadía para adultos mayores, en que se prestan diversas atenciones que estos demandan. Para ello cuenta con un grupo de trabajadores de distintas disciplinas de la salud, entre los que se encuentran: médicos geriatras, enfermeras, kinesiólogos, nutricionistas, terapeutas ocupacionales y otros. Sin embargo, se trata en su mayoría de técnicos en enfermería (TENS) y de personas con cuarto medio que han realizado el curso de cuidado de enfermos.

Son cerca de doscientos trabajadores, de los cuales unos cien se encuentran afiliados al sindicato, señala Jessica. Así como ocurre en el hogar, los trabajadores de la salud dedicados al cuidado de personas son mayoritariamente mujeres, tanto así que estas representan fácil sobre el 90% de los trabajadores de este centro. Los hombres que se desempeñan aquí están dedicados fundamentalmente a las labores de mantención y recepción. Es por ello que resulta más preciso hablar aquí de trabajadoras propiamente tal antes que de trabajadores.

Otra característica de las trabajadoras de este centro es que una proporción importante de ellas son mayores de 60 años, las que a pesar de estar jubiladas se ven en la necesidad de trabajar para complementar el ingreso de sus bajas pensiones. A esto se suma las largas distancias que deben recorrer a diario desde sus hogares hasta las dependencias del centro, localizadas en la comuna de Vitacura. “Muchas vienen de comunas como San Bernardo, Buin, Lampa, La Pintana”, menciona Jessica.

Finalmente, hay trabajadoras de diversos orígenes nacionales: Venezuela, Colombia, Haití, Ecuador y Argentina, destaca también la presidenta del Sindicato SIAM.

Producto de las características propias de las labores que desempeñan, hay una serie de enfermedades, tanto físicas como mentales, que comúnmente se presentan entre las trabajadoras del centro, tales como: lesión del manguito rotatorio, hernias lumbares, prolapsos uterino-vaginales (dado el alto componente femenino dentro de los trabajadores de este sector) y síndrome del cuidador.

Uno de los grandes problemas, según Muñoz, es que estas enfermedades no son reconocidas como enfermedades laborales, “teniendo que destinar sus propios recursos las trabajadoras para tratarlas”. De hecho, “como sindicato hemos optado por asignar los cupos para acceder a los beneficios del retiro voluntario a aquellos trabajadores que presenten enfermedades, ya que el finiquito y bonos asociados son destinados fundamentalmente a costear operaciones y tratamientos de las enfermedades derivadas de sus labores”.

Las duras y precarias condiciones laborales de las trabajadoras de Hogares Alemanes no solo impactan en su salud, sino también en los cuidados que se les brindan a los adultos mayores que residen en él. “Dada la sobrecarga de trabajo, resulta imposible atender adecuadamente a todos los adultos mayores residentes, de los cuales muchos no son autovalentes, con delicadas enfermedades de base”. “Se han vuelto recurrentes accidentes: caídas con resultado de fracturas, asfixias por atragantamiento, etc. El centro opta por invertir en infraestructura más que en ampliar la dotación de personal”.

En la actualidad, el sindicato se encuentra evaluando la posibilidad de convocar a sus bases a un paro para demandar mejores condiciones de trabajo, señala la presidenta Jessica Muñoz. “Están extenuados, durante la pandemia aumentó la carga de trabajo. Y además, Hogares Alemanes ofrece atención exclusiva para los residentes, pero en la práctica eso no es real debido a la falta de personal”.

La lucha de los trabajadores de cuidado de adultos mayores

A pesar de ser un centro destinado a atender adultos mayores pertenecientes a los sectores de altos recursos de la población, no está exento de la realidad general de los denominados Establecimientos de Larga Estadía de Adultos Mayores (ELEAM).

En Chile, el funcionamiento de los ELEAM se encuentra regulado por el Decreto 14 de 2010 del Ministerio de Salud. Este establece los estándares que deben cumplir este tipo de hogares.

En cuanto al personal, el decreto establece que, en el caso de adultos mayores con dependencia psíquica o física severa, debe haber a lo menos un cuidador por cada 7 residentes durante el turno diurno y uno por cada 10 en el turno nocturno. En el caso de adultos mayores con dependencia leve o moderada se debe contar con un cuidador por cada 12 residentes en el día y uno por cada 20 residentes en la noche. Finalmente, para los adultos mayores autovalentes basta con un cuidador por cada 20, sin importar el turno.

Las organizaciones sindicales del sector reclaman que se trata de una carga de trabajo excesiva a la luz de la experiencia de sus representados.

Actualmente se acordó con el MINSAL establecer una mesa de trabajo conjunta para mejorar la normativa existente que rige a los ELAM. La representación de los trabajadores ha sido asumida por el presidente del Sindicato de Cuidadores de Adultos Mayores de Fundación Las Rosas, Alex Vergara, junto con el apoyo del diputado Patricio Rosas (ex-PS).

De cara al plebiscito

Finalmente, consultamos a Jessica Muñoz sobre la opinión de los trabajadores de su organización frente al próximo plebiscito del 4 de septiembre. Según la dirigente sindical, tanto ella en lo personal como la mayoría de los afiliados del sindicato están por la opción del Apruebo. “La propuesta constitucional tiene importantes beneficios para los trabajadores. Amplía los derechos sindicales y otorga a estos la posibilidad de participar en las decisiones de las empresas”.

2 thoughts on “Trabajadores de SIAM denuncian duras condiciones laborales

  1. En julio de 2009 constituimos el Sindicato del Consejo Nacional de Protección de la Ancianidad, CONAPRAN, y prendimos mucho de la lucha en los hogares ELEAM, hoy bajo la conducción de la Federación de Trabajadores y Trabajadoras del Área Social, FENTTAS, se ha logrado unificar y conducir esta lucha. Vamos adelante.

  2. Totalmente de acuerdo con lo publicado por nuestra representante de SIAM, se dedican más a invertir en infraestructuras y a decir atención especializada, cuando no es así porque con el corte de personal masivo que hicieron hace 4 años más o menos ya no ven por el bienestar del residente porque no nos damos abasto con tiempo y no podemos dedicarnos atender como debe ser a nuestros residentes. No ven que ellos vienen para una atención dedicada y no la atención como una clínica e hospitales, siendo nosotras las que recibimos las quejas por parte de ellos, ya que están pagando por atención especializada según el hofa les ofrece.

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